Vuelvo con un tema que empieza a ser recurrente, de hecho lo mencioné un poco de pasada no hace mucho. Y es que llevo días dándole vueltas al temido destete… pero esta noche ha significado un punto de inflexión.
Koalín suele dormir 6h del tirón, y hacia las 6 de la mañana me empieza a pedir teta. Así, a base de chupitos espaciados en una hora, va haciendo su desayuno tempranero que hace que, por una parte, se alargue un poco más su despertar definitivo y por otra que cuando se despierta no haya dios que lo haga desayunar (ni papilla de cereales, ni cereales normales, ni yogur ni zumo de naranja ni tostadas con tomate y aceite ni jamón dulce ni papilla de frutas ni vaso de colacao ni na de na).
Eso si no está malito
… O le duelen los dientes
… O está tetadicto porque sí, y punto.
Hoy tocaba la última opción. Desde las 12 que nos hemos acostado, me ha estado pidiendo teta cada poco tiempo… ahora una, ahora la otra, y así hasta que no he podido más porque tenía los pezones como acordeones y ojeras de oso panda por no poder dormir seguido sin interrupciones chupópteras. Así que le he dicho que las tetitas estaban durmiendo, me he subido la camiseta y me he tapado con la manta para dificultar el acceso al máximo. Como comprenderéis, al niño no le ha convencido nada la explicación y entre el alucine de no entender por qué no le enchufaba su dosis como siempre y estar medio dormido, ha iniciado una rabieta revienta-tímpanos de las suyas. Papakoala se ha despertado, yo me he acabado de despertar del todo y ha empezado el festival: Koalín buscando desesperado su teta, estampándose contra mi, llorando a moco tendido… y yo debatiéndome entre la rabia, la pena y el agotamiento (mental y físico). De repente entendía perfectamente a quien ayuda a un yonki a pasar el mono porque estaba viviendo algo muy similar (entiéndaseme, salvando las lógicas distancias y leído en cierta clave de humor)… ante mí tenía a un tetadependiente en pleno síndrome de abstinencia, suplicándome a su manera una última dosis…
Así hemos estado una hora. Papakoala lo cogía en brazos, se lo llevaba fuera de la habitación y se medio calmaba porque además estaba agotado, pero era volver a la habitación, verme y sentir mis efluvios lácteos y ponerse otra vez como un poseso.
A las 7 se acercaba la hora de levantarnos para ir a trabajar, así que finalmente he sucumbido. El niño tenía que dormir algo antes de ir a la guardería o iba a pasar un día muy duro, y estaba visto que no se iba a calmar de ninguna otra forma. Además yo también debía vestirme para ir a trabajar y quería dejarlo dormidito en la cama hasta que llegara mi suegra a relevarme para llevarlo al cole. Total, que papakoala se ha enfadado (y con razón) porque la hora de berrinche no nos ha servido de nada y el niño ha acabado teniendo su teta, solo que encima lo ha pasado mal por el camino y no ha entendido por qué se la he negado de entrada. Toooda la razón, mea culpa total. Pero no he sabido hacerlo mejor… no he sabido gestionar el torrente de emociones contradictorias que sentía, que siento, cada vez que pienso en el tema de la lactancia. Siento que he llegado a un callejón sin salida, que ahora me toca tomar alguna decisión pero aún no sé cual ni cómo hacerlo. No paro de leer artículos sobre el destete y tengo más o menos claras algunas opciones factibles, así como también tengo claro que si lo hago finalmente quiero que sea de la forma más respetuosa posible porque creo que a la brava no voy a ser capaz ya que seguro sufriremos mucho más.
Por el momento, siguen volviéndome loca todas esas preguntas danzando en mi cabeza… “¿seguro que es el momento? ¿Estará listo mi hijo? ¿le voy hacer sufrir solo por mi comodidad o realmente mejorarán las noches y nuestra relación madurará de alguna forma? ¿si le quito tomas de leche materna, tomará la leche que necesita solo de día? ¿irá tolerando poco a poco mejor la leche de vaca que hoy por hoy no quiere ni ver, ya sea en vaso o en bibe?»
Preguntas y más preguntas, e indecisión y más indecisión… no quiero que sufra, no quiero hacerle daño, no quiero que nuestra relación se resienta, no quiero no quiero no quiero sí quiero dormir, sí quiero descansar, sí quiero que deje de tener esa dependencia…
¿Qué me pasa doctor? ¿Todo esto es normal? O soy una malamadre con todas sus letras…
Abrazotes